Por Diego Rojas / Fuente: Infobae / http://www.infobae.com/opinion/2017/08/27/quien-sabe-donde-esta-santiago-maldonado/
Los gendarmes hicieron una fila para impedir la visión desde las lomadas. Traspasaron algo desde la unimog a una camioneta, que partió rauda. Después, nada más se supo de Santiago Maldonado
Es viernes por la noche. Ya casi termina agosto, el último mes frío del año, aunque este año no fue tan frío. No es tarde, recién pasaron minutos desde las diez de la noche. Hay quienes terminan de cenar, otros empiezan a hacerlo. Los más jóvenes esperan juntarse con sus amigos para salir a divertirse. Amigos más adultos rodeados de sus propios niños conversan, comen, toman vino. Un hombre mayor mira en su casa solo una película doblada al español. Una chica ensaya una coreografía frente al espejo en su habitación. De pronto, todos se preguntan: “¿Dónde está Santiago Maldonado?”. Porque nadie sabe. Desde el primero de agosto, nadie sabe dónde está Santiago Maldonado.
En un comunicado publicado el 24 de agosto, la familia de Santiago Maldonado señalaba, entre otros puntos: “La desaparición forzada es un delito que comienza con la privación de la libertad de Santiago por personas del Estado, Gendarmería, seguida de la falta de información de su paradero y la negativa a reconocer su privación de la libertad por parte de las autoridades. La desaparición forzada es un delito que sólo comete el Estado. Es un delito continuado: todos los días se comete desaparición forzada hasta que aparezca Santiago. Por eso, la causa penal no puede archivarse hasta que se encuentre a Santiago, se esclarezcan las circunstancias de su desaparición, se identifique a los responsables materiales y a los autores intelectuales, y se determinen las responsabilidades penales, administrativas y políticas. Tenemos el derecho a que no se presuma el fallecimiento de Santiago y exigimos que las autoridades respeten nuestro derecho. Hasta la fecha la única hipótesis sustentada en elementos objetivos es la desaparición forzada. Por ser un delito de Estado, la carga de la prueba se invierte y debe el Estado corroborar que tal hipótesis es falsa para recién luego avanzar en otras hipótesis”.
Se trata de una enumeración de condiciones de posibilidad para señalar el delito de desaparición forzada de personas. Sin embargo, expresan solamente una de las formas del discurso que define a la desaparición. También hay otros modos. Según Sergio Maldonado, hermano de Santiago, su madre Estela llora todo el tiempo y se pregunta dónde está su hijo, qué hicieron con él, por qué no la llama más como hacía todos los días. “¿Qué está comiendo?, ¿está comiendo bien?”. Porque ella no sabe, tampoco, dónde está Santiago Maldonado.
Cushamen quiere decir, en mapuche, “tierra de soledad”. No debe ser casual: frente a la inmensidad de valles y montañas, quizás el hombre se sienta solo, como el niño frente a Dios, como escribía Violeta Parra. También da nombre a una región del norte de Chubut donde se aloja la Colonia Cushamen, fundada en 1899 en terrenos otorgados por Julio Argentino Roca, el progenitor de la Campaña del Desierto, al cacique Miguel Ñancuche Nahuelquir, que había sido su compadre; Roca fue padrino de uno de sus hijos. Nahuelquir fue conocido como uno de los “indios buenos”, un mapuche colaboracionista, uno de aquellos bravos guerreros que decidió abandonar a los suyos para conservar sus privilegios, mientras los suyos eran aniquilados en la Campaña del Desierto. La historia lo recuerda como un judenrat, así se denominaba a los colaboracionistas del régimen nazi miembros de la comunidad judía. Dice Fernando Jones Huala, werken (‘vocero’) del Pu Lof Cushamen, al regresar en un auto desde su comunidad, donde fue visto por última vez con vida Santiago Maldonado: “Pero en realidad no fue así. Los nuestros, al ser conscientes de que venía la última batalla por el territorio, por nuestra cultura, decidieron en un consejo de sabios determinar que todos los mapuches entregaríamos nuestras vidas en la batalla, pero que los sobrevivientes deberían tener un lugar para volver, para refugiarse de la muerte si los vencían. Y designaron a Ñancuche Nahuelquir para que acordara un espacio donde pudiéramos volver”. Quién sabe cómo fue, dónde está el mito, dónde la verdad.
En Cushamen se fundó la primera escuela aborigen después del genocidio. La Colonia Cushamen es una porción de tierra rodeada de lo que antes se llamó The Argentinian Southern Land Company, una empresa inglesa que mantuvo el latifundio hasta 1982. Luego pasó a manos de terratenientes nacionales. En 1992, el presidente Carlos Menem vendió las tierras a los Benetton, por 50 millones de dólares. Se convirtieron en los mayores terratenientes del país. Según los mapuches, seguían ampliando sus terrenos con el alambrado. En 2015, una comunidad decidió recuperar sus tierras, cerca del casco de estancia. Pu Lof lo llamaron, “las comunidades”. Allí fue visto por última vez Santiago Maldonado, que nadie sabe dónde está.
El camino de la desaparición de Santiago Maldonado estuvo pavimentado por el Estado. Por un acuerdo entre los gobiernos de Argentina y Chile, que consideran a los mapuches como plausibles de ser castigados por la ley antiterrorista. Luego de la reunión entre Mauricio Macri y Michelle Bachelet se dispuso la detención de Facundo Jones Huala, lonko de la comunidad Pu Lof Cushamen. Hubo protestas. El 30 de julio hubo una protesta y nueve mapuches fueron detenidos. Un equipo de Jorge Lanata viajó al sur para filmar y denunciar a una hipotética, extremista y salvaje guerrilla mapuche. Eugenio Burzaco estuvo en Chubut para apoyar la acción represiva contra los mapuches. Luego de las detenciones, se informó entre los pobladores solidarios con los mapuches que la Gendarmería estaba rodeando su comunidad.
Entonces, Santiago Maldonado acudió. No era un militante de la causa mapuche. Era un hombre de bien. Viajó la tarde del 31 hasta Cushamen. Se solidarizó. Pablo Noceti, el jefe de gabinete de Patricia Bullrich, estuvo allí coordinando el operativo represivo. Dijo en la Radio Nacional Esquel que iban a detener a “todos los mapuches” que cortaran rutas. Luego fue visto y fotografiado en la ruta ese 1º de agosto, cuando más de cien gendarmes reprimieron en un operativo tenaza el corte de diez miembros de la comunidad, quienes corrieron. Escaparon de los tiros de la Gendarmería. Cruzaron el río Chubut, de un vado de 130 centímetros. No todos. Santiago Maldonado no cruzó. Se quedó debajo de unos árboles, escondido. Las balas rebotaban en el agua. Se resguardó. Lo detuvieron. Lo golpearon. Lo subieron a una unimog. Los gendarmes hicieron una fila para impedir la visión desde las lomadas. Traspasaron algo desde la unimog a una camioneta, que partió rauda. Después, nada más se supo de Santiago Maldonado. Nadie sabe dónde está Santiago Maldonado.
La Fiscalía del Juzgado Federal de Chubut entiende que la única hipótesis a ser investigada es el papel de la Gendarmería en la desaparición forzada de Santiago Maldonado. La Corte Interamericana de Derechos Humanos señala que la misma Justicia argentina indica que la última vez que fue visto fue cuando se lo llevaba la Gendarmería, fuerza comandada por la ministra Patricia Bullrich, que debe renunciar. ¿Dónde está Santiago Maldonado? Alguien debe saber dónde está Santiago Maldonado. Porque es insoportable seguir preguntando dónde está.