Sergio Maldonado sólo quiere que le devuelvan a su hermano. Es el rostro familiar que reclama por Santiago, porque sus padres afrontan serios problemas de salud. Están sobrepasados por el dolor. Por eso él tomó las riendas, le reclama respuestas al Estado -tanto a la Justicia, a la Gendarmería como a la Casa Rosada- y siente que, lejos de ayudarlos como familiares de una víctima, los toman como enemigos. Por eso, dice, fue al choque con múltiples funcionarios públicos.
-A 43 días de la desaparición de Santiago, ¿con qué hipótesis están trabajando?
-Como al principio, la única hipótesis es que la Gendarmería se llevo a Santiago.
-¿Cómo se enteran del caso?
-Yo, el miércoles 2, por una amiga y mi hermano, en paralelo, por un mensaje de la comunidad mapuche por Facebook, porque no sabían cómo ubicarnos. Entonces empezamos a averiguar en destacamentos de la Gendarmería y juzgados porque no teníamos respuestas. Fui al juzgado, me encuentro con mapuches que los estaban excarcelando y ahí me cuentan. Al otro día fui al campamento de Cushamen y me explicaron bien qué había pasado.
-¿La ausencia de ADN en las camionetas de la Gendarmería afecta la hipótesis original?
-No. No me extraña. Era lo que preveía que iba a ocurrir. Hubiera sido muy descuidado si el análisis daba positivo después de tanto tiempo.
-Dijo que no hubo otra respuesta del Estado. ¿Alguna vez se reunieron con Patricia Bullrich o Gerardo Millman?
-Tuvimos una reunión con Millman cuando iban ocho días y medio. Nos contactó un colaborador de él, se presentaron en el hotel, diciéndonos que no nos podían ubicar. Vinieron a decirnos que lo estaban buscando como “persona desaparecida” o “extraviada”.
-¿Se reunieron con la ministra Bullrich?
-No.
-¿Hablaron por teléfono?
-No.
-¿Han intentado hablar con ella?
-No. Además, con esa frase en la que dijo que respaldaba a la Gendarmería, y otras frases inoportunas, yo no tenía por qué levantar el teléfono.
-¿Qué cree que pasó en el río?
-Tal cual nos comentó la vocera de la comunidad mapuche cuando fuimos, lo mismo que dijeron los testigos y lo que luego se ratificó durante el rastrillaje del día 5. A Santiago lo agarraron tres gendarmes, lo golpearon, después lo subieron a un Unimog y de ahí lo pasan a una camioneta que sale con destino a Esquel.
-¿Qué le sorprendió durante las últimas semanas?
-La cantidad de hipótesis falsas que aparecieron para desviarnos de encontrar a Santiago.
-Durante los últimos días, el Gobierno evolucionó de apoyar a la Gendarmería a plantear que algo pudo pasar.
-Tengo dos sensaciones. Que ya se les fue de las manos. Todo lo que hicieron para inventar y embarrar no dio resultado. No sé si está armado para que quede como que fueron dos o tres los involucrados. Yo considero que fueron todos. Directamente o indirectamente porque hay encubrimiento. Desde la ministra de Seguridad para abajo, son todos culpables. Ya la ministra tendría que haber renunciado hace rato. Todo el tiempo estuvo avalando lo que hizo la Gendarmería, sin investigar qué había hecho.
-¿Cree que Santiago está vivo?
-Quiero creer que sí, es la esperanza que tengo. Hay veces que pienso que no. Pero lo tengo presente todo el tiempo.
-¿Cuál es su opinión del juez y de la fiscal?
-No hacen nada para que aparezca Santiago, desde el primer momento. No sé por qué.