Fuente: Revista Cítrica
“Me mandan una foto, por whatsapp con la cara del muchacho que se habían llevado, y ahí me di cuenta que era Santiago Maldonado. El Brujo. En ese mismo momento, a lo primero que atiné fue agarrar mi teléfono y llamar. Fue a las 15:23. Llamé al teléfono de Santiago y alguien me atendió durante 22 segundos, sin emitir ninguna palabra. Se escuchaba una habitación vacía, con ecos, pasos. Y lo primero que se me vino a la mente fue el ruido de botas, caminando. En ningún momento me hablaron. Yo lo llamaba a Santiago, a los gritos. La llamada dura 22 segundos, y me cortan. Al minuto siguiente volví a llamar, y ya me daba como que el teléfono estaba apagado”.
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