El ex juez de la Corte Suprema consideró que el gobierno nacional comete “un gravísimo error al tratar de ocultar una desaparición forzada” y advirtió que recurre “a la metodología tradicional y conocida”. También criticó el rol del juez Otranto.
“Creo que (el Gobierno) comete un gravísimo error al tratar de ocultar una desaparición forzada, con una metodología que es tradicional y conocida, ya que es la táctica que se usa para ocultar cualquier desaparición forzada. En lo político, me parece que eso es un absurdo por parte del Gobierno”, advirtió Raúl Zaffaroni. El ex juez de la Corte Suprema y actual miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sostuvo que “a cualquier gobierno le puede pasar un accidente de esta naturaleza porque se le descontrola una persona, un grupo, alguien de una fuerza de seguridad… pero si sucede, lo primero es poner las cartas arriba de la mesa y aclarar lo que pasó. Por el contrario, acá lo que se hizo fue todo un operativo de encubrimiento que cada vez se va complicando más, naturalmente. Es como si del desván, del altillo, hubieran bajado la metodología que todos conocemos para encubrir las desapariciones forzadas: se lo ve en cualquier lado, aparece en otro lado, se demoniza al grupo mapuche. Es lo mismo que se usó en otras épocas en Argentina”.
Zaffaroni también cuestionó que el primer juez de la causa, Guido Otranto, recientemente apartado del caso tras diversos reclamos de las partes querellantes, no haya tomado la medida más básica ante la sospecha de participación de la Gendarmería en la desaparición, que debió ser apartar a esa fuerza inmediatamente de la investigación. “Esto es el abc, no es ninguna novedad ni una exigencia insólita”, remarcó, tras considerar “penosa” la actuación del magistrado.
Entrevistado en Radio 10, el ex miembro del máximo tribunal de Justicia también fue consultado por la situación de Milagro Sala, a quien la Cámara de Apelaciones revocó la prisión domiciliaria: lo consideró “otro signo más del deterioro del estado de derecho que estamos sufriendo, ya que hay una regresión a un estado de policía”.
En ese sentido, Zaffaroni vinculó la persecución a la dirigente de la Túpac Amaru con el caso Maldonado: “Si entendemos por estado de derecho un estado en el que todos nos sometemos por igual ante la ley, y por estado de policía a uno en que todos nos sometemos a la arbitrariedad del que manda… bueno, nos vamos alejando cada vez más del estado de derecho. Lo de Maldonado es un signo, pero esto es otro signo y, si se quiere, más evidente. Porque (en el caso de Milagro Sala) se pretende racionalizar y se dan fundamentos que son totalmente absurdos. Se hizo una prisión domiciliaria que no fue una prisión domiciliaria, sino solamente una prisión, y ahora se la revoca con argumentos que, por lo que ha trascendido, son un guiso de razones insólitas donde se confunde todo”.
Zaffaroni opinó también que en Argentina no se está “viviendo una democracia”, sino que “hay un engaño a la opinión pública”.
“Tenemos un monopolio de medios al que estamos sometidos, hay un oligopolio que hace un bombardeo cotidiano, con descréditos… vamos a ver ahora todo el show que van a hacer en Comodoro Py” con los juicios a ex funcionarios kirchneristas, anticipó. Mientras tanto, “el desastre económico que está haciendo el Gobierno con la reiteración del programa de (José Alfredo) Martínez de Hoz y de (Domingo) Cavallo todavía no tocó a la clase media. El día que la toque esto se derrumba. Momentáneamente, hay una distorsión: no estamos viviendo una democracia, porque realmente una democracia con monopolio de medios de comunicación, con discurso único, con creación de realidad única, no existe. Esos son elementos de autoritarismo, si no de totalitarismo.”